
El club
La Picada, tiene el mismo presente dirigencial que la mayoría de las Instituciones
locales.
Y el futbol es lo primordial. Intentan seguir
sosteniendo esta disciplina con trabajo, dedicación y esfuerzo.
Los clubes se mueren, no hay para
comprar vendas ni botines y lo más llamativo de todo esto es que, son
contados los dirigentes que permanecen apoyando y “perdiendo” el tiempo diariamente.
La Picada no es la excepción, y todo lo que consiguió es por cuenta
propia, recursos que provienen de los contactos personales y de la relación que
posee su Presidente con un organismo
sindical importante.
Ni siquiera el “tractorcito” que “supuestamente” posee la liga llegó para colaborar de “oficio” con el corte de césped.
Y lo más vergonzoso, es la ausencia de los “popes”
liguistas en los entrenamientos para ver que necesitan quienes
saldrán a la cancha y representan en definitiva, al futbol
de Misiones en este torneo tan largo y extenso que se programó de esta
manera, para lograr los mejores réditos posibles para el Consejo Federal y en el cual la liga posadeña lleva su porcentaje.
En la Picada, son pocos los que trabajan
pero buenos. Seguramente hoy en la
cancha, veremos muchas caras relacionadas con el fútbol que saldrán a opinar, y
después también a criticar.
El aficionado
común debe darse cuenta, del sacrificio de los dirigentes no solo en este club, sino también en los demás, donde en soledad ponen el hombro para que luego los que están dentro de la liga, se llenen la boca hablando de una organización y de un torneo productivo.
Y forman parte de este sistema perverso y destructivo quienes intentan confundir a la sociedad.
Hablamos de la prensa “adicta” que se vuelve “inescrupulosa” usando
al fútbol y “cobrando” para decir que
todo está bien, nutriéndose de la información que en muchos casos consiguen vía telefónica.
La única manera de
responder a tanta indiferencia, es concurriendo a la cancha, y demostrando el
respaldo a los dirigentes.

